Un pedacito de mí
No sé exactamente cómo llegué hasta aquí, pero después de media vida trabajando con mis manos, este camino me encontró a mí. Hace años pasé por una etapa en la que tuve que parar, conocerme y aprender a valorar lo que hacía. Ahí entendí que encontrar tranquilidad no es un lujo, es una necesidad.
Fabricar velas se convirtió en mi refugio, en algo que me ayuda a estar en paz conmigo misma. Y quizás por eso quiero que, de alguna manera, mis velas ayuden a quienes están pasando por lo mismo que yo. Que les sirvan para encontrar su propio momento de calma, para parar un segundo, escucharse y simplemente estar.
Aunque este proyecto lleva mi esencia, no estoy sola. Para llegar hasta aquí, he tenido que rodearme de personas que me ayudan de una forma u otra, porque los sueños pueden nacer en solitario, pero crecen mejor en compañía.